sábado, 13 de julio de 2013

[Portal Africanista:4350] Que Opinan sobre la Cremacion de los cuerpos? que dice Ifa al respecto?

Estimados, leyendo por la web entre libros que aqui tengo tambien de renombrados babalawos, recuerdo uno que explica el entierro de nuestros muertos y el lugar de descanzo de cada uno de ellos, pero y si los cuerpos son cremados? y si se los mantiene en nichos a dos o tres pisos? que podria ocurrir,.. espero comentarios.

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2 comentarios:

Unknown dijo...

Axê hermanos. me interesa el tema porque tuve un caso concreto en mi familia.
Creo que debemos considerar el tema en dos variates fundamentales. Si estamos hablando de un religioso pronto en cuatro pies para arriba, es necesario jogar y determinar lo que los Orixa ordenes en el plano religioso del ilê. Ese religioso posiblemente no haya optado por otra forma de entierro que la convensional y aceptada por fundamento. O sea, entierro bajo tierra. Este fundamento es el único aceptado por fundamento puesto que es un criterio ancestral y seguido por todas las generaciones que nos precedieron en la refundación religiosa de nuestra fe en tierra amerindia, básicamente en el sur de Brasil y zona de influencia. Pero en el caso de un iniciado que no hubiera recibido aún el grado de pronto en cuatro pies, no debería haber jogo previo ya que ese difunto no podrá ingresar al Balê y en ese caso no existe la posibilidad de quedar sujeto a ese fundamento o ser liberado por absoluta decisión de los Orixa. En este otro caso, lo más probable es que la persona hubiera dejado en vida testado o dicho su decisión de ser cremado y exparsidas sus cenizas en algún lugar indicado o depositadas en el cementerio.
Más allá de este comentario voy a dar mi visión personal. Dos casos muy contundentes que en lo personal, sin violar los fundamentos y sin juzgar las particularidades de estos dos casos de religiosos, me hace recapacitar en el derecho de la persona de decidir el destino de sus restos.
El primer caso fue un Pai de Santo con familia religiosa de Nación Cabinda, amigo de la casa que despues de fallecido y sabiendo que se abriría el Balê en esa casa, sus familiares de sangre, no partidarios de nuestra religión manifestaron que el Babá había dejado indicaciones precisas de ser cremado y exparsidas sus cenizas en un prado o jardín determinado fuera de los ámbitos religiosos o fammiliares. Más precisamente en un área inóspita y sin abitantes. Se hizo siguindo esta voluntad que algunos de sus hijos de religión también confirmaron ser la última voluntad del difunto. Una vez terminado el funeral acordado y exparsidas las cenizas, cuando se jogó y se definió la misa de egun, no existió el menor problema de cerrar los funerales dentro de los rituales con absoluta armonía y hoy día ese egum responde correctamente bien y en ningún momento se definió que había sido inconveniente para el espíritu del difunto ese tipo de tratamiento de sus restos mortales.

Unknown dijo...

(conclusión de mi anterior)

Otro caso me tocó de cerca en mi propia familia. Una hija de la casa, con borí de aves solamente, no fue jogada para Balê y su esposo e hijo que son parte del Ilê confesaron tener ante los restos de su ser querido, minutos después que desencarnara en la habitación de la clínica, que debían cremar los restos. La coincidencia en un momento de gran dolor cuando sabían que la difunta toda su vida había sido defensora de entregar sus órganos para ser donados (algo también muy controvercial entre los ortodoxos de nuestra religión), intuyeron que realmente la decisión de ese espíritu recien desencarnado era la cremación y despacho de esas cenizas en el mar. Era hija de Iemnajá.
Se procedió de ese modo. La ceremonia de despedida de las cenizas en la playa se aprovechó además para realizar el desligue de la familia con el egun y se regresó a la ciudad. Pasados unos días cuando se jogo para ver en qué condiciones estaba el espíritu, los buzios definieron una excelente estabilidad espiritual para el egun y toda la familia carnal y religiosa por lo que no hubo necesidad de hacer ningún ritual extra para reforzar el desligue que se llevó a cabo en la playa.
De ambas experiencias me atrevo a decir que lo que no podemos hacer como sacerdotes responsables es fomentar o definir la cremación como una vía aceptable en forma general para todos, como tampoco podríamos hacerlo con el donativo de órganos. Sin embargo, pienso que los Orixa nos han permitido habitar en esta existencia un cuerpo material que no siempre es cuidado y protegido que ya sabemos que algún día vamos a abandonar. En el mientras tanto, estoy convencido que si nuestra voluntad es ser generosos con nuestros congéneres y decidimos donar órganos es porque nuestro Orixa también lo ha evaluado conveniente. Dudo que un religioso bien adoctrinado y seguro de su compromiso espiritual tome una decisión así solo porque sí. Después del Orixa el propio sujeto es el que tiene más derecho para determinar una entrega que también habla de evolución espiritual donde el amor al prógimo es fundamental. Por eso salvo que el Orixa no aceptase, estimo prudente que los africanistas de esta nueva era debemos hacer una concesion al respecto. Y si volvemos sobre la cremación creo que debemos aceptar la realidad y definir que tampoco el entierro en un cementerio que genera un comercio paralelo de los cadáveres sea la solución a cumplir con un fundamento. Es verdad que esa hija de Iemnajá no debería haber pasado por el fuego de Xangô pero también es cierto que hoy sus cenizas están alojadas en el reino de su Mae y eso, según marcó nuestro oráculo sagrado, fue correcto.